miércoles, 4 de diciembre de 2013

Este jueves visitamos un convento.


Un grito desgarrador  rompe el silencio de la noche. Unos pasos decididos apagan el llanto  escondido entre los pliegues de una manta. El sonido de una pesada puerta. El rugido de un motor que  se aleja.  El suspiro de alivio al cerrar la puerta del claustro. El dolor del recuerdo, de las promesas, de las mentiras, de los besos escondidos. El miedo a la soledad. Una decisión sin futuro, una separación sin remedio. Unos pechos vacíos, ocultos tras un hábito, que jamás sentirán las caricias de su bebé.



Para descubrir más claustros no dejéis de visitar la casa de Rhodea

13 comentarios:

  1. En pocas palabras has descrito lo que creo que debe ser una de los mayores dolores en esta vida.

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  2. Debe ser desgarrador ese desprendimiento de la vida terrena.....Lo expresaste claramente Alicia.....

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  3. Un caso real, atroz, separación forzosa del hijo...!caridad cristiana! un asco y una inmensa tristeza. Lo has expresado con una intensidad devastadora y genialmente corta, felicitaciones y un besito.

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  4. Ufff! Qué fuerte! más aún, porque la realidad se cuela muy bien en tu relato. Cuántas mujeres han corrido triste suerte! Espero que en estas épocas, estos casos no sean tan frecuentes como tiempos atrás.
    Me ha gustado la brevedad y la contundencia que le he has dado a la historia.
    Besos!
    Gaby*

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  5. Duro, pero seguro que ese caso se ha producido.
    Un beso, aún estremecido.

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  6. Síntesis perfecta para narrar una sucesión de dolores e infortunios!

    Una excelente forma de narrar!
    =)

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  7. No puede juzgarse a nadie por las decisiones que toma, pero sí a aquellos que obligan a que las tome.

    Gracias por lo sintético. Un abrazo y tu cafelito.

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  8. Hemos trabajado la misma idea Alicia, solo que con distinto desenlace, y que es que esos muros y esas rejas, dan para mucho escrito. Me gustó como has transmitido el dolor de esa madre.
    Un beso.

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  9. Doloroso y reflexivo, aunque siempre es un poco tarde para reaccionar. El laberinto es demasiado complejo e insalvable.
    Besos

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  10. Un relato desgarrador sin duda muchas veces repetido,por desgracia.
    Un beso

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  11. Pásate por mi blog y tendrás un premio que te recordará mi primera convocatoria. Muchas gracias por participar

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  12. Real y triste. Desgarrador y tremendamente triste. Tu brevedad en describir esa traumática separación de madre e hijo y la reclusión de aquella, lejos de difuminarla, le añade intensidad y dramatismo.
    Un abrazo.

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