jueves, 29 de agosto de 2013

Busca tu camino

"El hallazgo afortunado de un buen libro puede cambiar el destino de un alma".
Marcel Prévost (1862-1941) Escritor francés.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Este jueves estamos de aniversario


Tu boquita pequeña, de labios finos y sonrosados, dibuja mi pezón con ansiedad. Necesitas alimento, tu pequeño mundo, cálido y acogedor, desapareció hace una hora y el sabio instinto te guía hacia mi pecho. El sonido rítmico de mi corazón, tu canción de cuna durante nueve meses, te ayuda a sentirte segura y a salvo. Tus frágiles manitas, de dedos largos y arrugados, palmotean el aire sin cesar. La piel morada de tu rostro refleja el esfuerzo necesario para alcanzar el refugio de mis brazos. Por fin puedo disfrutar de tu fragancia y contemplar tu diminuto cuerpecito acurrucado a mi lado.
Acaricio el contorno de tu rostro con la yema de mis dedos, mientras memorizo cada pliegue de tu menudo cuerpo. Un escalofrío recorre mi espalda, al sentir como tu fina piel reacciona a mis mimos, acercándose un poco más a mi pecho. Apenas creo lo que mis pupilas contemplan. El sueño, que durante años perseguí, convertido en realidad. Las horas de insomnio dibujando tu carita en mi mente, imaginando tu voz, tus ojos, acariciando mi tripa para transmitirte mi amor, mi deseo de conocerte, de cuidarte y de protegerte de cualquier dolor o tristeza, forman parte del pasado, de los recuerdos. La larga espera, plagada de dudas, miedos, deseos, sueños, inquietudes, molestias y alguna lágrima descontrolada, terminó.
Saciado el apetito, el cansancio del viaje vence tus deseos de explorar el nuevo mundo, tus puños se repliegan, tus piernas se encojen, regresas a la postura en la que te sientes cómoda y segura. Tus ojos se cierran, tu respiración se torna cadenciosa y relajada. Yo apenas me atrevo a pestañear, temo que, si cierro los ojos, mi pequeño milagro desaparezca y me despierte sin tenerte a mi lado. Duerme, pequeña, descansa tranquila que yo velaré tu sueño. Reposa a mi lado, siente mi calor. No sufras, mi amor, mamá está contigo; pase lo que pase, siempre estará contigo. Juntas celebraremos el aniversario de tu llegada.


Más aniversarios en casa de Alson

miércoles, 14 de agosto de 2013

Este jueves; homenaje a Sani Girona

Para recordar a un amante de las palabras y las sensaciones, que mejor formar, que recuperar de la memoria sus relatos.






“Un segundo de eternidad”


Todo parecía indicar que Giselia no iba a conseguir su propósito. Le habían encargado escribir acerca de “un segundo de eternidad” pero, tras diversos intentos, no había sido capaz de articular ni una sola frase.  Cómo condensar la magnitud de la eternidad, con todas sus pequeñas partículas, en tan solo un minúsculo grupo de palabras. Quién poseía esa capacidad de concreción, de síntesis. Furiosa por haber aceptado semejante encargo, apoyó la cabeza entre las manos, al tiempo que cerraba sus preciosos ojos marrones en búsqueda de la inspiración ausente. Absorta en sus cavilaciones no escuchó el sonido de la puerta de la calle al cerrarse, ni los pasos de Julián sobre la alfombra del pasillo. El suave tacto de una mano hizo que alzase su rostro cansado, para encontrarse con la mirada de la mitad de su alma. Tras cuatro días, con sus cuatro noches, separados a causa del trabajo, el ansia del reencuentro cerró sus palabras innecesarias, sus labios, ansiosos y tristes encontraron la forma de expresar su alegría al volver a encontrarse. Y en ese momento, Giselia descubrió el secreto que buscaba. Entre la dulzura de aquellos brazos ,y el aroma añorado, comprendió como toda la eternidad se puede condensar en un solo segundo.

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miércoles, 7 de agosto de 2013

Este jueves; medianoche





La firma


¡No dejes que lo haga!¡Por favor, no se lo permitas! Estoy aquí, ¿no puedes sentirme?

Sé que es duro, pero no debe dudar; es la decisión correcta, su marido hace tiempo que se fue, lo que ahora contemplamos no es más que un cuerpo sin alma amarrado a un montón de máquinas.

¡Maldita sea, no! ¡Mírame! Puedo verte, olerte, escucharte, sentirte ¡Por Dios! ¡¿Cómo no te das cuenta?! Quiero gritar, correr a tu lado, abrazarte. Te quiero. Por favor, no firmes.

Muy bien, ponga aquí su nombre, con este último trámite todo habrá terminado. Séquese las lágrimas y salga de la habitación, voy a dar las últimas instrucciones al personal de la clínica, ellos se encargarán de todo.

¡Espera, espera!, ¡No me dejes solo! ¡Toma mi mano y siente mi piel!

Las ropas que se deben poner al cadáver están en el armario, junto a algunos objetos personales, colóquenlo todo en el ataúd, recuerden cerrarle los ojos.

¡Ana, Ana, vuelve, no te vayas!¡Estoy vivo, todavía estoy vivo!

En el mismo instante en que una mano áspera y huesuda oscurecía el mundo, el sonido acompasado y rítmico del respirador se apagó.



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