Colocada en su refugio, a salvo de tropiezos en la oscuridad, mi ciudad duerme tranquila, silenciosa y agotada tras un día de acción.
Me desvelo pensando dónde despertaré mañana, si subido a la torre de un castillo, o quizás en el tejado de un rascacielos.
Sólo las manos de mi dueño tienen esa respuesta, sólo sus pequeños dedos, son capaces de formar un mundo mágico al ensamblar pequeños trozos de plástico, carentes de forma en solitario, en toda una aventura.
Sólo su orden sabio y sin prejuicios permitirá que en mi ciudad cualquiera pueda vivir tranquilo, sin importar su color, su forma, su tamaño.
En mi ciudad, todos los juguetes son bien recibidos.
Para seguir visitando ciudades utópicas pasaros por casa de Guss
Ellos saben de formas maravillosas, mágicas, y llegan con un cerrar de ojos, para jugar y disfrutar cuanto y tanto la imaginación prodigiosa les permita.
ResponderEliminarLinda ciudad que solo con un juguete se puede viajar.
Un abrazo :)
Mira con lo de vivir tranquila, ya es un adelanto.me gusta.
ResponderEliminarCon la tranquilidad de los juguetes, de los niños... ya podría llegar la noche y no haberlos recogido. De madrugá, te despertará el último play movil que se quedó escondido en la cama. Despertar a la vida es ya vivir en esa ciudad de la Utopía.
ResponderEliminarUn juguete en las manos de un niño es todo un mundo de posibilidades y de aventura, que gracias a su imaginación, puede desarrollar de manera sorprendente.
ResponderEliminarun abrazo :)
Me gustó ese relato de juegos y utopías!
ResponderEliminarEn la infancia es donde reside la imaginación, y con nuestros juguetes nos podemos imaginar infinitas historias, con personajes y ciudades de todos los modelos.
ResponderEliminarUn abrazo
Un niño siempre es capaz de encontrar mundos nuevos y utópicos. Su imaginación no ha sido manchada por las exigencias de los mayores.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me gustó mucho, repetí y disfruté. El imprevisible mundo de la imaginación infantil y sus "cosas".
ResponderEliminarBesos
Precioso relato, la inocencia de los niños...sin prejuicios...qué bonito. Bs
ResponderEliminarMe gusta esa ciudad donde todos podemos vivir juntos y tranquilos, niños tenían que ser los que la diseñaron... ellos sí que saben!
ResponderEliminarUN beso, Alicia!
Yo, de niño, imaginaba una ciudad en la cara oculta de la Luna. Pero imaginaba a la Luna como una especie de vergel, vamos, tipo paraíso. Y me montaba unas maquinaciones tremendas con unas pequeñas naves espaciales que tenía de juguete (la Tierra era el suelo del salón y la Luna el sofá)
ResponderEliminarUn beso
Hermoso relato, me encantó esta utopía.
ResponderEliminarUn beso.
Esto no debería ser una utopía...
ResponderEliminar