Tu boquita pequeña, de labios finos y sonrosados, dibuja mi pezón con
ansiedad. Necesitas alimento, tu pequeño mundo, cálido y acogedor, desapareció
hace una hora y el sabio instinto te guía hacia mi pecho. El sonido rítmico de
mi corazón, tu canción de cuna durante nueve meses, te ayuda a sentirte segura
y a salvo. Tus frágiles manitas, de dedos largos y arrugados, palmotean el aire
sin cesar. La piel morada de tu rostro refleja el esfuerzo necesario para
alcanzar el refugio de mis brazos. Por fin puedo disfrutar de tu fragancia y
contemplar tu diminuto cuerpecito acurrucado a mi lado.
Acaricio el contorno de tu rostro con la yema de mis dedos, mientras
memorizo cada pliegue de tu menudo cuerpo. Un escalofrío recorre mi espalda, al
sentir como tu fina piel reacciona a mis mimos, acercándose un poco más a mi
pecho. Apenas creo lo que mis pupilas contemplan. El sueño, que durante años
perseguí, convertido en realidad. Las horas de insomnio dibujando tu carita en
mi mente, imaginando tu voz, tus ojos, acariciando mi tripa para transmitirte
mi amor, mi deseo de conocerte, de cuidarte y de protegerte de cualquier dolor
o tristeza, forman parte del pasado, de los recuerdos. La larga espera, plagada
de dudas, miedos, deseos, sueños, inquietudes, molestias y alguna lágrima
descontrolada, terminó.
Saciado el apetito, el cansancio del viaje vence tus deseos de explorar
el nuevo mundo, tus puños se repliegan, tus piernas se encojen, regresas a la
postura en la que te sientes cómoda y segura. Tus ojos se cierran, tu
respiración se torna cadenciosa y relajada. Yo apenas me atrevo a pestañear,
temo que, si cierro los ojos, mi pequeño milagro desaparezca y me despierte sin
tenerte a mi lado. Duerme, pequeña, descansa tranquila que yo velaré tu sueño.
Reposa a mi lado, siente mi calor. No sufras, mi amor, mamá está contigo; pase
lo que pase, siempre estará contigo. Juntas celebraremos el aniversario de tu
llegada.
Más aniversarios en casa de Alson
¡muy tierno! ¡lleno de contenido! ¡por ahí pasa lo mejor de la vida Alicia!
ResponderEliminarUn tierno aniversario.
ResponderEliminar¿qué puedo decir?... Es una vivencia inolvidable, sin duda!!
ResponderEliminarGracias por esta ternura.
Es precioso, has narrado maravillosamente el sentimiento de amor tan profundo que experimenta una madre por algo que ha ido creciendo dentro de su ser. Creo que no hay nada igual, sin duda.
ResponderEliminarEse aniversario es para vivirlo, pero tú con tus palabras lo has expresado tan bien, que las personas que no hayan tenido esa experiencia pueden haberla sentido con tu relato.
ResponderEliminarAsí es, magníficamente narrado la maravillosa experiencia de la vida. Bss.
ResponderEliminarLos lagrimones se me escurren sin evitarlo. Destaco la dulzura con la que lo has narrado, hay delicadeza y amor en cada palabra, los detalles entrañables de un bebé en el lecho de su madre... y como madre, obviamente, se me vino a la mente el recuerdo del nacimiento de mi hija, hace casi 18 años atrás... mujer! que esos instantes se quedan eternizados en una!
ResponderEliminarQué emoción leerte Alicia!
Besos!
Gaby*
Precioso, esas sensaciones de la madre, esa descripción del recién nacido.
ResponderEliminarY esos aniversarios felices en que se recuerda aquel momento.
Besos.
Esos momentos únicos, incomparables que vivimos las mamás junto a nuestros niños, donde cada aniversario es una fiesta para celebrar la felicidad de verlos crecer, y poder guiarlos en sus pasos.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Una belleza de relato!...tal cual se siente estrenarse en la experiencia de la maternidad ansiada!
ResponderEliminar=)
Tierno y bello hasta decir basta. Es más, tu historia me toca la fibra y no sabes cómo. Aunque prefiero no decir nada, jajajaja
ResponderEliminarUn besazo
Emocionante y tan ilustrado que me ha quedado un familiar olorcito a leche.
ResponderEliminarBesos